La imagen de Alcides Edgardo Ghiggia, uno de los once “leones de Maracaná”, quien vive desde hace algún tiempo en la ciudad canaria de Las Piedras, ha sido llevada al yeso por el escultor Adrián Silveira. La obra de tamaño natural, que muestra al ex futbolista luciendo la camiseta celeste, aguarda en el taller del artista su destino final.
Una lejana tarde de julio del año ’50, el jugador Alcides Edgardo Ghiggia dejaba a casi 200 mil almas en silencio en el estadio carioca de Maracaná, al tiempo que sumía en la tristeza al Brasil entero, cuando faltando 10 minutos para la finalización del último partido del torneo, remataba contra el arco de Barbosa poniendo en ventaja a la selección uruguaya, que se consagraría a la postre campeona del mundo.
Convertido en un mito viviente, y hoy, el único sobreviviente de los once celestes que jugaron el histórico partido contra la selección brasileña, Ghiggia vive desde hace algunos años en la ciudad de Las Piedras.
Y precisamente allí, desde la directiva del club Florida de fútbol infantil, surgió la iniciativa de homenajear al ex futbolista realizando una estatua de tamaño natural, para ser colocada en la puerta de ingreso del futuro campo deportivo de la institución. Alcides Ghiggia, nació en Montevideo en 1926.
Ghiggia eligió el modelo
LA REPUBLICA visitó el taller del escultor Adrián Silveira, montevideano, de 42 años; luego de un breve pasaje por la localidad de Las Brujas, se radicó en la ciudad de Las Piedras hace cinco años.
“Elegí Las Piedras por el movimiento, además es una ciudad interesante, cerca de todo”, dice el artista. Silveira recuerda que el presidente del club Florida llegó a su casa preguntando si él podía hacer el trabajo.
La obra está realizada en yeso, lo que permitirá en un futuro llevarla al bronce.
“Por un problema técnico, los originales de una escultura deben llegar a la fundición en yeso”, explica Silveira. El escultor puso manos a la obra, y a partir de un modelo elegido por el propio Ghiggia, la escultura del ex futbolista comenzó a tomar forma. “Para mí fue un desafío porque de fútbol no entiendo nada”, señala Silveira, quien sin embargo, ya se ha familiarizado con lo que Ghiggia representa, y con la propia escultura que mientras no sale hacia su destino reina majestuosa en el centro del taller del artista.
LAS MANOS DEL ARTISTA
El escultor Adrián Silveira comenzó su actividad en 1985, habiendo realizado desde entonces numerosas exposiciones individuales y participando en varias muestras colectivas. En el período 1999 2006 se integra a la Asociación de Artesanos en Canelones, en la ciudad de Las Piedras, siendo socio fundador y formando parte de la directiva; ha llevado a cabo la decoración de la carroza de la reina de la Vendimia y el diseño de las coronas de la reina y princesas. En 2005 traslada su taller a la ciudad pedrense y dicta clases de escultura con diversos materiales. Es docente de escultura en la Casa de la Cultura de Canelones, en Las Piedras, La Paz y Progreso, y docente de cerámica en Sauce. Entre sus trabajos recientes se encuentra la restauración del original del cantor pedrense Julio Sosa ”donde puso las manos el artista”, al decir de Silveira, que diera lugar al monumento de bronce ubicado en una esquina de la ciudad.
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